miércoles, diciembre 06, 2006

YO SOY LA EXAGERACION, de TU SUSCEPTIBILIDAD

Ok, hoy me tildaron de falluto. Y me la banco. no lo soy, y pedi disculpas. yo escribo, pero se que nadie lee. Y si, dios tambien se equivoca. Ahora, la gente es re delicada, y me incluyo.

cada dia que pasa, los metrosexuales avanzan sobre la humanidad, que pasara cuando en una casa promedio, los dos integrantes compartan hasta la crema humectante de los pies? nah, terrible, terrible.

Vader, hoy me dio a entender que estaba equivocado, me bajo de un hondazo y me dijo:"nene, yo te puse ahi donde estas, si no fuera por mi sex appeal, no serias nada". y me la tuve que comer doblada, DOBLADA, con lo que me cuesta.

Mi Yonilingam es re fuerte y super poderoso, no se quien dijo por ahi que no lo era....JO JO JO (hay que practicarlo con bastante frecuencia, sino el lingam y el yoni se ponen tristes)

Entonces, ahora me pongo a reflexionar sobre la inmortalidad del camote, y entonces paf! me di cuenta que tenia que hablar de este tema:

Los Siete rasgos negativos de la personalidad, pero solo voy a hablar de dos:

La susceptibilidad es aquel rasgo del carácter mediante el cual el sujeto se convierte en una esponja para recoger... todo lo malo (real o que él se imagina). El susceptible siempre o casi siempre se siente herido, despreciado, humillado por cuestiones insignificantes, como puede ser no darle los “buenos días” a él en específico; porque, como puede ocurrir, se olvidaron de su cumpleaños; porque, con justeza, le hicieron una llamada de atención; porque el hijo, de tres años de edad, le dijo que no lo quería y que ella o él no era su mamá o el papá, cosa que dicen la mayoría de los niños a esa edad, pero el susceptible lo toma en serio; y así sucesivamente.

Debido a este carácter tiene lógicas dificultades en sus relaciones interpersonales, pues no hay manera alguna de quedar bien con él. Un rasgo que lo complementa es la manipulación: casi nunca dice las cosas tal y como ocurren, sino que las “arregla” según su modo susceptible de pensar. Y con frecuencia trata de involucrar a otros en sus problemas en los que, desde luego, él siempre lleva la peor parte, es decir, es la víctima. “Usted me hizo tal cosa”, “Usted me ofendió”, “Usted me maltrató”, “Usted piensa mal de mí”, “Yo no le caigo bien”, “Usted la tiene conmigo”, “No me quieres como antes”, “Sí, yo lo hice todo mal pero usted no tenía que llamarme la atención de esa manera”. Ésta es una característica muy acentuada en él y es lo que yo denomino “tener la susceptibilidad en la punta de la nariz”, pues se hiere mucho por lo que se le dice y no por lo que hizo para merecer que le dijeran tales cosas. Está muy alerta de cómo le dicen las cosas y no de cuál es el contenido de lo que le dicen. Esto obviamente también le ocasiona dificultades.

Hay que saber ser susceptible y una buena forma es siéndolo en relación con uno mismo, no con los demás, lo cual es una manera de defenderse. Es muy útil preguntarse: ¿Por qué me duele lo que me dicen y no lo que hice para que me lo dijeran? Para empezar a cambiar éste pudiera ser un buen recurso.

El egocentrismo es otro rasgo que puede dificultar el desarrollo individual. Ego significa yo, y centrismo, el centro. Egocéntrico es la persona que se considera el centro y todo debe girar alrededor de él. El niño pequeño es, por naturaleza, así y es lógico, pues requiere de cuidados constantes para su supervivencia.

Resulta muy difícil establecer relaciones interpersonales armónicas con un egocéntrico, pues se cree lo mejor, lo más importante, sus puntos de vista son los más adecuados, sus necesidades son las principales que hay que satisfacer, todo tiene que ser subordinado a él, tiene que ser “el ombligo del mundo”, esto es, de la pareja, de la familia, del grupo de amigos. A él hay que tenerlo en cuenta para todo y rendirle cuenta de todo. Sus dolores son los mayores, sus problemas no tienen comparación, sus sufrimientos no tienen límites. Como se evidencia, la tendencia a la exageración es parte intrínseca del individuo egocentrista.

Pero nadie es el ombligo del mundo y él no debe creerse que lo es. Y si se lo hacen creer es para hacerle el juego y lo tratan como si fuera un anormal o un bebé, quien sí lo necesita. En el adulto estas actitudes son anormales y es conveniente que haga consciente su necesidad de reclamar atención, independientemente de las diversas formas que utilice para ello, como el llanto, el enojo, la simulación de determinados malestares o la exageración de síntomas banales, etc. También tiene que enfrentar, además de lo anterior, que él puede ser el centro para un grupo de personas, pero no para todas, o durante un tiempo, pero no siempre.

claro que todo lo escrito mas abajo es tomado con pinzas, y cada cual sabe a donde pertenece o no . Tampoco es la verdad absoluta, ya que cada cual es de una manera distinta, y esto es sacado de un contexto y de un estudio que puede tener sus errores.

Bueno, que mas.....eh....no mas, creo que me lei bastante. Mi estomago esta mejor, claro que esta medio muerto, y mis intestinos se salieron para afuera, cosa que es horrible. Voy a ver si me tomo un actimel, o que se yo, me tomo un harakiri.

Saludos
Les hablo dios, en este caso, yo.
Y dios no los quiere.

2 comentarios:

Marco Pollock dijo...

Egocéntrico puede ser... pero susceptible nunca... ¿qué insinuás?

Charol dijo...

un poco de ego no viene nada mal....

Besos mil!